ENTRE COLUMNAS
El estigma de YPFB
El estigma de YPFB
Rodolfo Mier Luzio.-. Pocos, pero grandes escándalos marcaron a la principal empresa estatal, encargada de la exploración, explotación y comercialización de los hidrocarburos, principal ingreso de los recursos de nuestro país. Quizá, sólo por esa razón, tendría que ser manejada con profesionalismo, pulcritud y transparencia; pero no, cuando este Gobierno tomó el control de YPFB, fue bautizado con sangre; quizá como un presagio que al ser responsable, digamos del sueldo del país, no tendría personas adecuadas para su manejo.
Robos, muertes, cárcel y los males que conocemos rondaron sus puertas, pero principalmente las de la Gerencia, la de eterno interinato.
Como la ley del embudo es la que prevalece en la justicia, por órdenes superiores, los últimos acontecimientos protagonizados por el último gerente van camino al olvido, a quien se lo acusa de negociados de poca monta, sin que éstos dejen de ser delitos contra el Estado; culebrones amorosos dignos de telenovelas venezolanas que desnudan y ponen en evidencia la falta de ética y el decoro que debe guardar el responsable de tan importante empresa, que tiene una gran responsabilidad con el país. Para empezar, el Ejecutivo guarda un silencio sepulcral, muy parecido a un silencio cómplice. Al parecer un incorruptible, ex ministro de Gobierno y senador elegido por Santa Cruz, afirmó que "Villegas es una persona de intachable rectitud" e indicó que "es una calumnia las declaraciones de las procesadas, hermanas Camacho".
La intachable Ministra de Transparencia, desde que se denunciaron estos hechos que merecen investigación, se hizo tan, pero tan transparente, que al parecer, se volvió invisible. Tímidamente, algunas autoridades del Ejecutivo balbucearon que está siendo tratado fuera del país de un mal que le aqueja.
La que denunció estos hechos está en la cárcel; su hermana, a punto de ser juzgada y encarcelada, volvió del exterior y dio la cara corroborando las denuncias de su hermana. Manifestó que se ausentó a Brasil hace dos meses para un tratamiento médico, porque tiene un embarazo de alto riesgo y también por instrucciones directas de Villegas quien le indicó que “se ponga a buen recaudo; es decir, utilizando la artimaña de la que ahora echa mano esperando que las aguas bajen y el caso quede en el olvido. Es lo que el Ejecutivo también espera.
No podemos olvidar que cuando se destapó el caso que nos ocupa, las principales autoridades de este proceso de cambio y otros representantes del Gobierno manifestaron su plena confianza y apoyo a Villegas. ¿Declaraciones apresuradas o desconocimiento de los hechos? Como conocemos a nuestras autoridades, cualquiera de las opciones puede haberse dado. Ser muy rápido en palabras tiene sus consecuencias; pero también permitir ser aislado en Palacio es un peligro, porque no se puede ver la realidad que rodea al viejo edificio de la Plaza Murillo. Es así que estos hechos tienen una larga data y estaban ocultos en las principales oficinas de la estatal petrolera. “Sí tenía una relación amorosa con el señor Carlos Villegas desde el 2012”, manifestó la hermana de quien denunció los hechos de corrupción. Dijo también que el Presidente de YPFB pagó sus pasajes, algo que pidió verificar.
El hecho es que los casos donde están involucrados miembros del oficialismo tienen un tratamiento especial, digamos de protección, a quienes cometen delitos con daños al patrimonio estatal y, por otro lado, existe una “eficiente rapidez” para los opositores, o simplemente para quienes no apoyan el proceso de cambio, donde encontramos a fiscales, jueces y a otros operadores de justicia, poniendo entre rejas a opositores, en muchos casos, hayan cometido delitos o no. Eso, sólo hará que los cambios en la justicia que pretende el Ejecutivo se conviertan en una misión imposible.
Por lo menos...esa es mi opinión.
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