Sábado, 17 de enero de 2015
 

DESDE LA TIERRA

Contra el horror

Contra el horror

Lupe Cajias.- La formidable movilización humana del domingo 11 de enero fue una respuesta desde los estados y, sobre todo desde la ciudadanía, contra el terrorismo que usa la muerte y el miedo para acallar la libertad de expresión. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, París no vivía una manifestación similar.
Recordé la frase en el clímax del film “Apocalipsis Ahora”, cuando Marlon Brando pronuncia el discurso que resume la invasión estadounidense a Viet Nam y todos los efectos de los conflictos armados: “el horror”, “el horror”. Horror que parece acentuarse este 2015 con la cantidad de noticias sangrientas que llenan los periódicos.
No está lejos 1980 cuando una coalición de paramilitares y el fascismo mundial elaboraron una lista de 116 víctimas para precipitar el golpe de estado del 17 de julio en Bolivia. El primer asesinado fue el sacerdote y periodista Luis Espinal y sólo la respuesta de la sociedad civil en las calles frenó el plan de ajusticiamientos. Los periodistas del Semanario “Aquí” continuaron su trabajo venciendo a las amenazas y a la bomba colocada en sus instalaciones. Hasta ahora están impunes muchos coautores de esas acciones, incluso algunos responsables dentro de las Fuerzas Armadas.
Pocos años después, el narcoterrorismo acribilló a Guillermo Cano, director del prestigioso periódico “El Espectador” de Colombia por sus denuncias. Sus hijos y el personal del famoso equipo de investigación de esa publicación siguieron con la tarea, pese al cerco de las bandas y sicarios, aún después de un bombazo que destruyó su infraestructura y dañó para siempre su estabilidad económica. Cano fue el mártir más notable pero no el único periodista asesinado por denunciar las relaciones de la narcopolítica en el continente. Los autores intelectuales siguen libres.
Hace poco, conocimos la caída de 12 periodistas (algunas fuentes señalan que son 17) muertos directa o indirectamente por los ataques del Estado de Israel contra la Franja de Gaza, víctimas poco famosas y reconocidas en el mundo.
El primer “horror” de toda confrontación civil o internacional es contra el pensamiento, la palabra, el dibujo, la difusión de las ideas.
En otro espacio hablaremos de los “excesos” de la revista humorística francesa contra sensibilidades religiosas, pero ningún libertinaje ofensivo puede justificar la acción de las balas o las bombas contra un lápiz. Menos aún la toma de rehenes inocentes en un comercio por ser judío y las manifestaciones antisemitas. La estupidez fundamentalista puede precipitar una ola de violencia mundial que nadie podrá controlar.