Para nuestros hijos…
Para nuestros hijos…
Balbina Tamayo.- No es suficiente… lograr una plaza en el colegio de mi preferencia para mi hijo (a), sabemos que no es nada fácil (esta gestión a través de sorteo para los primeros cursos) lograr un espacio. Es de conocimiento general la excesiva demanda de plazas en las unidades educativas, especialmente del centro de la ciudad, por la simple razón que existe crecimiento vegetativo considerable o por la llegada de gente del interior o de nuestras provincias.
No es suficiente… “desear la mejor educación”, el mejor establecimiento educativo.
Definitivamente, la educación es una dinámica tripartita, conformada por el estudiante, el docente y los padres de familia. Cada quien deberá comprometer su rol con responsabilidad, en el proceso enseñanza aprendizaje.
No es suficiente… esperar la libreta de calificaciones a la conclusión de la gestión escolar, más bien será necesario que el padre de familia se involucre activamente en el quehacer pedagógico de su hijo, haciendo el seguimiento y control, manteniendo una comunicación periódica con los docentes, asimismo con su hijo; para prevenir antes que lamentar ciertas situaciones de tipo pedagógico, conductual u otras.
No es suficiente… comprar los mejores útiles escolares e indumentaria; lo más importante es hacer el acompañamiento integral a ese ser que se trajo a este mundo; es cierto que de un tiempo a esta parte en la sociedad van surgiendo flagelos que dañan y mucho al capital humano que tenemos y son nuestros niños y jóvenes; por ende como papás nos toca cumplir con nuestro rol, ellos nos necesitan siempre, educarlos con cariño, amor y sobre todo con el ejemplo. Los hijos dicen lo que escuchan y hacen lo que ven.
No es suficiente… “los quiero mucho”, “les doy lo que piden” o “tienen lo que yo no tuve”, creyendo que con todo ello ya cumplieron como padres de familia.
No es suficiente… colmarlos de dinero, regalos o “cosas materiales” que podrían ser nocivos, influyendo negativamente en su desarrollo integral de niño o adolescente.
Nuestros descendientes son seres con sentimientos; aparte de la alimentación, ropa y otras, necesitan sentirse queridos, amados por sus padres; no es difícil darles un abrazo, una palabra de aliento, inculcar respeto, disciplina (alguna vez con cierto rigor), etc. en busca de hacer de ellos personas independientes, responsables y maduras, con valores ético morales, en resumen “gente de bien” para la sociedad que cada vez nos pide a gritos que debemos trabajar en forma conjunta (autoridades, docentes, padres de familia etc.) en contra de los males que azotan a la sociedad, volviéndose cada vez más devastadores.
Volviendo al tema educativo, se puede asegurar que día a día existen situaciones que repercuten y recaen positivamente o negativamente en la dinámica pedagógica del niño o joven estudiante. Como padres de familia, contribuyamos dinamizando acertadamente en la educación de nuestros hijos.
¿Quiénes podrían sustituir a los padres verdaderos? ¡LA RESPUESTA ES SUYA!
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