SURAZO
¿Cuáles ancestros?
¿Cuáles ancestros?
Juan José Toro Montoya.- Según explican los maestros, a partir de este año se restarán horas a materias fundamentales como Matemática, Física y Química con el objetivo de que los estudiantes aprendan saberes ancestrales en el marco de las bases, fines y objetivos de la educación y la intraculturalidad definidos en la Ley 070 Avelino Siñani – Elizardo Pérez.
No creo que se les reste horas a esas materias porque eso sería algo obviamente antipedagógico pero sí es seguro de que se ahondará en lo intracultural porque esta es una de las bases del actual gobierno.
Pues bien, dando por hecho que se enseñará saberes ancestrales, la duda que me asalta es cuáles.
“Ancestral” es “perteneciente y relativo a los antepasados” y “tradicional y de origen remoto”. Como se ve, su definición es amplia y no fija una línea de tiempo, un desde y hasta que sería útil para saber cuáles serán los ancestros cuya cultura será estudiada.
Una de las debilidades de la Historia que se enseña en las escuelas y colegios es que no ahonda en las primeras culturas que poblaron el territorio que hoy es Bolivia. Esa no es falencia de los historiadores ya que estos identificaron, así sea preliminarmente, a esos pueblos con el auxilio de ciencias como la arqueología. Así, se estima que la antigüedad del hombre americano va entre 30.000 a 40.000 años mientras que investigadores como Ramiro Condarco identificaron hasta 17 biotipos de los primitivos pobladores americanos. Roy Querejazu divide a las primeras culturas sudamericanas en cuatro y la más antigua es la que denomina viscachanense I pues se remonta al paleolítico inferior.
Debido a la dinámica de las organizaciones sociales, la aparición de las culturas prehistóricas de Bolivia se complica en su estudio no sólo por su antigüedad sino su variedad. Tiwanaku, que es la cultura más representativa de la historia boliviana, solo aparece, en su fase aldeana, entre 800 y 300 años antes de Cristo y se prolonga, en su fase expansiva, hasta 700 y 1000 después de Cristo.
Por las meras menciones que sus autoridades hacen de ella, es fácil colegir que el actual gobierno tiene preferencia por la cultura denominada inca; es decir, aquella que se expandió desde el Cusco y formó el Tawantinsuyo. El detalle es que, por una parte, el imperio incaico floreció entre los siglos XV y XVI así que es bastante reciente en relación a las culturas previas y, por otra parte, sería un error considerarla como cultura ancestral de Bolivia.
Como se sabe, los incas se expandieron desde Cusco así que, a la luz de la geografía actual, eran peruanos y, si bien llegaron hasta lo que hoy es Bolivia, que fue el Kollasuyo del imperio, lo hicieron bajo la sombra de la invasión militar.
Antes que los ejércitos del inca llegaran a estas tierras y las conquistaran, aquí existían decenas de culturas que, con el paso del tiempo, fueron absorbidas por el gigantesco Tawantinsuyo pero no desaparecieron. Tan solo el “Memorial de Charcas”, fechado en noviembre de 1582, revela que, al momento de la llegada de los incaicos, existían en estas tierras “cuatro grandes naciones o curacazgos andinos: Charcas, Caracara, Los Chuyes y Los Chichas”. El documento, estudiado inicialmente por el peruano Waldemar Espinoza Soriano, refiere también otras culturas como Caracas, Lípez, Chiriguanaes, Quillacas, Carangas y Soras.
La pregunta es ¿cuáles serás las culturas ancestrales que se estudien en las escuelas y colegios de Bolivia?
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