Miércoles, 11 de febrero de 2015
 
Seguridad pública e inseguridad ciudadana

Seguridad pública e inseguridad ciudadana

Freddy M. Bobaryn López.- Cuando se habla de seguridad ciudadana, pareciera que se estuviera hablando de seguridad pública o viceversa, sin embargo, existe una diferencia conceptual. Seguridad pública responde a un concepto macro que incluye no sólo la seguridad ciudadana, sino también la protección de los bienes y propiedades (instalaciones del Estado y privadas, industrias, fábricas), propiedades agropecuarias y mineras, límites territoriales, hitos fronterizos, flora y fauna animal, propiedad intelectual; incluye la seguridad vial y férrea que no necesariamente es ciudadana. En consecuencia, estamos hablando de una seguridad general que tiene que ver incluso con la soberanía de nuestro propio Estado.
En esta línea, podemos decir que la seguridad es patrimonio del Estado y del pueblo boliviano, y los gobiernos a su turno deben generar y proveer la misma a través de instituciones creadas para el efecto, en base al cumplimiento estricto de la norma existente en nuestro territorio. Así, podemos definir de manera general a la seguridad pública como aquella sensación de seguridad donde todo está en orden y existe una armónica y pacífica convivencia y respeto a la normativa que regula las relaciones interpersonales, interinstitucionales y jurídicas dentro de la sociedad.
Cuando analizamos la inseguridad ciudadana y pública, encontramos como actor principal al hombre, quien quebranta la normativa social escrita y la no escrita que está referida a las tradiciones y costumbres de los pueblos, sintetizada en tres frases: "ama llulla" "ama kella" y "ama sua”, que traducidas al español significan: "no seas mentiroso", "no seas flojo" y "no seas ladrón". La infracción a estas tres normas sociales milenarias serían el punto de partida para distintos tipos delictivos, pues el mentiroso cometerá delitos referidos a falso testimonio, estafas, injurias, calumnias y otros delitos contra el honor y la dignidad de las personas; los infractores a la norma de "no seas flojo" y "no seas ladrón" habrán incurrido en delitos contra los bienes y la propiedad, porque el flojo tendrá muchas carencias y necesidades, en consecuencia su actitud será la tendencia al robo, al hurto, al abigeato y otros delitos referidos a la propiedad y delitos contra la integridad de las personas, tales como atracos, homicidios, asesinatos y otros donde el motivador de fondo es la ambición y el dinero fácil.
Otros elementos que hacen al delito son entre otros: la laxitud social, es decir el decaimiento de los valores sociales, el poco control de la familia y la sociedad sobre sus componentes; la flexibilidad de la norma penal traducida en penas privativas de libertad muy pequeñas y las facilidades para la puesta en libertad de quienes habrían infringido la norma penal. Asimismo, estaría favoreciendo al delito la falta de coordinación entre las instituciones que tienen que ver con la prevención y represión del delito; a ello se suma la influencia de la modernidad, el desarrollo urbano y la movilidad social.
En consecuencia, la seguridad ciudadana y la seguridad pública son conceptos concurrentes y concomitantes; el control es tarea de todos los bolivianos, gobernantes y gobernados.