Jueves, 12 de febrero de 2015
 

EDITORIAL

¿Seguirán otros bancos?

¿Seguirán otros bancos?



¿Será la apertura del secreto bancario en este banco suizo el inicio del fin de una larga tradición? Si así fuera, mucha gente estará en apuros en todo el mundo y también en nuestro país.

Una investigación impulsada por periódicos como Le Monde de Francia y The Guardian de Gran Bretaña, junto al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que reúne a más de un centenar de periodistas provenientes de 44 países, ha revelado que sólo en el HSBC Private Banking de Suiza hay unos 100 mil clientes de todo el mundo que tienen cuentas secretas, lista encabezada por ciudadanos de origen británico, suizo y venezolano.
En el caso venezolano, se trata de 14.800 millones de dólares, de los cuales 12.000 millones estaban depositados en cuatro cuentas de propiedad del Estado de Venezuela.
De Bolivia, habría 26 clientes con un total de depósitos cercano a los 100 millones de dólares. El período que se investiga no está claro, pues unos cables informativos señalan que se trata de cuentas existentes entre 1998 y 2006 y, en otros, se señala que la investigación incluiría el año 2007.
Al margen de este dato que es importante hay que aclarar que el dinero depositado en estas cuentas no es, necesariamente, mal habido. Sí puede haber un afán de evasión fiscal pues, de acuerdo con la explicación de algunos entendidos, para la expatriación de recursos del país se debe pagar un impuesto del 12.5 por ciento. Pero, puede darse el caso de que los recursos hayan sido generados en el exterior.
Lo cierto es que todo lo que se refiere a cuentas secretas genera susceptibilidades, más aún si éstas se encuentran en Suiza que ha sido un tradicional paraíso bancario.
En lo concreto, llaman la atención los depósitos del gobierno venezolano en circunstancias en que en ese país todo escasea y al que nadie fía ni un centavo. Que éste mantenga 12.000 millones de dólares (a efectos de comparación recordemos que las reservas internacionales de Bolivia alcanzan a los 15.000 millones de dólares), da una idea de la catadura moral de la cúpula familiar-militar que gobierna esa nación con la que, lamentablemente, aún se identifica el gobierno nacional.
En cuanto al país, la prensa intentó averiguar ante organismos del Estado sobre qué acciones se adoptarán para averiguar si los 26 clientes bolivianos del banco suizo podrían haber violado las normas financieras vigentes. Lamentablemente, los funcionarios de los ministerios de Economía, Transparencia y Justicia consultados no conocían el tema. Hasta ahora, sólo el titular de Gobierno ha dado la cara, cree que el período investigado no corresponde al del actual gobierno y que se debería aplicar la Ley de Investigación de Fortunas.
En todo caso, hay que insistir en que los 26 clientes a los que se hace referencia son inocentes mientras no se pruebe lo contrario.
Al margen, la develación de estas cuentas rompe la tradición del secreto bancario que resistió embates muy fuertes a lo largo de la historia, ¿será que, cual dominó, a la apertura del secreto bancario en este banco suizo seguirá la de más bancos con cuentas secretas en ese país? Si es así, hay un elevado margen de probabilidad de que mucha gente se encuentre en serios apuros.