Viernes, 13 de febrero de 2015
 

DESDE DE LA TIERRA

Villegas y el sistema de salud boliviano

Villegas y el sistema de salud boliviano

Lupe Cajías.- ¿Cuánto tiempo pasará hasta que un alto funcionario chileno reserve un lugar en un hospital boliviano para atenderse algún tipo de dolencia? ¿Por qué Carlos Villegas tuvo que recurrir a los médicos del país vecino como única esperanza para vencer el cáncer? ¿Por qué el Presidente Evo Morales prefiere hacer sus chequeos de salud preferentemente en La Habana y no en Cochabamba?
La respuesta es lacerante: porque el sistema de salud boliviano es uno de los menos desarrollados en el continente. Existieron y aún existen algunos esfuerzos en el área privada, como el Hospital Belga especializado en temas cardiacos o clínicas que hacen todo lo posible para atender a pacientes con problemas del sistema digestivo o de los ojos. Sin embargo no abastecen y los precios suelen estar fuera del alcance de la clase media.
Tampoco podemos desconocer el trabajo de décadas de profesionales especializados que sacaron adelante centros de salud, muchas veces con la cooperación internacional, como el Instituto de Gastroenterología de La Paz, reconocido como el mejor del país y con premios internacionales a su más conocido representante, Guido Villa Gómez Roig. El Hospital del Niño de La Paz atiende a una población urbana y rural porque es el único que cuenta con recursos técnicos y humanos.
En cambio, en el día a día, la mayoría de los enfermos padece un segundo calvario, además de sus dolencias, porque las autoridades se ocupan de promocionar Dakars, fiestas con sus farras, gastan millones innecesarios en una cita internacional, pero se olvidaron de la salud.
Esa debió ser y debe ser, junto con la inversión en educación, la altísima prioridad para un régimen de cambio, autocalificado de revolucionario. Sin embargo, cada vez se retrocede un poco más. No se eligieron buenos ministros (algunos fueron pésimos y no hablamos solamente del torpe Juan Carlos Calvimontes). En el nuevo gabinete se da la cartera a una joven doctora sin experiencia en salud pública. Por lo menos su Hoja de Vida trae datos limitados y aunque titulada en Cuba no parece conocer la realidad de los hospitales bolivianos, mucho menos sabe de gerencia.
El matutino El Deber fue enfático esta semana al titular que el cáncer vence al Estado boliviano. Villegas pudo buscar una salida en Santiago; el 99% de los otros enfermos con el mal del siglo deben recorrer un camino kafkiano. Aun en el Seguro Universitario, uno de los mejores, es complicado conseguir la atención oportuna, los medicamentos para las quimioterapias. Para las radioterapias hay que hacer cola desde la medianoche en el Hospital de Clínicas, haga frío o llueva, la doctora llega tarde a la cita, el enfermo espera en un corredor abierto… ¿A quién le conmueve? ¡Qué viva el Carnaval!