BARLAMENTOS
Distorsión de prioridades en Bolivia
Distorsión de prioridades en Bolivia
Winston Estremadoiro.- ¿Qué nos pasa?, pensé al leer un par de noticias en el portal de El Mercurio, reducto de la posición conservadora que redobla el pecho con sus glorias militares que nos robaron el Litoral en 1879. “Rumbo al ‘diablódromo’”, se titulaba la nota. Con detalle que exudaba ironía, narraba el concierto de 7.000 ‘lata-pukh’us’ de bandas musicales, evento que se ha vuelto tradicional en Oruro antes de su famoso Carnaval.
Este año se hace gran fanfarria de la presencia de un actor inglés, que puede sufrir alguna sorpresa con la altura y la cerveza, al quitar la máscara al seducir a una ‘china supay’, o bajando a la llanura en el día y haciendo el sexo con una ‘magnífica’ ávida de un papel en algún film. Aparte de envidiosas divagaciones de la fiesta de la carne, resalto la presencia de Evo Morales, que prometió un ‘diablódromo’ “mejor que el sambódromo” de Rio de Janeiro de 70.000 espectadores.
De inmediato revoloteó mi musa. Los cambas (variedad cruceña) invertirán en el ‘cambódromo’, con graderías permanentes y techos reversibles por si llueve. Un pajarico llamado Madurín me dijo que aguerridos ‘cochalas’ exigirán un ‘llajtódromo’ para su Corso de Corsos. Las chapacas comprometen una seguidilla de ‘te invito’ al Presidente si su próximo día de Comadres se realiza en un ‘chapacódromo’ mientras intercambian canastones y saborean vino y tucumanas. Los chapareños ansiarán un ‘Evódromo’.
La otra perla noticiosa es que el segundo satélite boliviano ya está “prácticamente listo”, cosa sorprendente porque de por medio solo hubo una visita de técnicos franceses. Frotan manos, digo dedos, los ‘hacker’ chilenos que ya conocen los secretos de nuestros marineros de agua dulce: tan fácil piratearles, se burlan, que tal vez la sifonearán del altiplano boliviano, una vez que el satélite de prospección de recursos naturales certificase un mar de agua potable en sus profundidades.
La prospección satelital de recursos naturales no es cosa nueva. EE.UU, Francia, China, etc., tienen tecnología de satélites que transmiten imágenes para luego ser interpretadas. Imágenes satelitales se pueden adquirir de firmas privadas, con interpretación y todo. O sea que para ir al centro es preferible pagar monedas en ‘taxi-trufi’ o micro; no es necesario comprarse un carro, así sea chuto.
El quid es el ‘know-how’. Si en la Agencia Boliviana Espacial (ABE) hubiesen técnicos en interpretar imágenes satelitales, ¿para que un satélite carísimo? Los indicios de recursos naturales que se obtendrían se interpretarían en el país, probablemente de imágenes tomadas en Cuiabá, donde Brasil tiene su centro satelital. La fijación en satélites bolivianos quizá apunta a tajada de corruptos apareada de la megalomanía presidencial y su populacho adulón e ignorante.
Bolivia ocupa el puesto 113 de 187 países en el Índice de Desarrollo Humano. Ha habido mejoras, es cierto, pero un cuarto de bolivianos siguen en la pobreza extrema. Pensaba que los ingresos del gas natural propulsaron el Producto Interno Bruto (PIB). Pero no, seguimos a la zaga de los cuatro vecinos con paupérrimos $6.530, comparados al pobre Paraguay ($8.776), para no hablar de Chile ($24.170), Argentina ($21.924), Brasil ($15.518) y Perú ($12.638). Las delicias culinarias de Bolivia no impiden que el país esté último en calidad alimentaria en Latinoamérica. En percepción de la corrupción, de 177 países, estamos de 103, mejor que Sudán del Sur (174, en guerra civil), Venezuela (161, en convulsión social) y Zimbabue (156, en autocracia autodestructiva); lejos de Dinamarca (1°), Finlandia (3°) o Uruguay (21°).
Todo apunta a que padecemos una enfermedad atribuible a la propaganda del populismo: la distorsión de prioridades. La ignorancia hace distraer con nuevos astros satelitales, como si las mayorías urbanas y rurales llenaran el buche, o curaran sus males, mirando las estrellas del firmamento, o del cine.
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