LA NOTICIA DE PERFIL
El “ama sua” fue derogado
El “ama sua” fue derogado
Paulovich / La trilogía moral del Incario: Ama Sua, Ama Llulla y Ama Kella parece enseñarnos que nuestros remotos antepasados que adoraban al Sol tuvieron desde entonces cierta inclinación a ser flojos, mentirosos y ladrones.
El preámbulo de esta crónica tiene que ver con el anuncio sensacionalista de mi reportera cholita quien me dijo con cierta severidad: “La vieja ley del ‘Ama Sua’ (no seas ladrón) parece que será derogada luego del escándalo que provocó la desaparición de muchos millones destinados al Fondo Indígena.”
Le expliqué a la cholita nacida en Quillacollo que ningún gobernante por muy revolucionario que fuera aprobaría la apropiación indebida de unos dineros que son del Estado, pero mi reportera (que sabe lo que dice) insistió en su noticia y volvió a repetirme que a partir de este hecho, el “ama sua” ya no existiría en su código moral, lo cual es muy peligroso para cualquier sociedad medianamente organizada como la nuestra.
Mi espíritu moderador me inclinó a decirle a la cholita que nunca podrá desaparecer como norma moral pese a este hecho delictivo y otros que posiblemente acaecerán, sin lograr conmover a mi interlocutora que siguió martillando mis oídos con su dramática frase: “El ama sua ya no existe”.
Incrédulo ante la convicción de quien me proporciona todas las noticias enfrenté a la cholita reportera y me atreví a decirle en tono enérgico: “Me tiene usted que decir ahora mismo todo lo que usted sabe acerca del Fondo Indígena para que yo pueda contar a mis lectores que ‘el ama sua ya no existe’”.
Al tener que cumplir mi orden se sintió un poquitín agredida y recurrió –como todas las mujeres– a salpicar sus palabras con gruesos lagrimones que empaparon cada una de sus revelaciones. Macacha me contó que ese famoso Fondo Indígena no nació ayer, sino hace muchos años, con aportes directos del Estado de los cuales tuvieron conocimiento altos funcionarios cercanísimos al Presidente Vitalicio Evo Morales, quienes fueron depositando gruesas sumas de dinero a una cuenta inocente y conmovedora llamada “Fondo Indígena”.
Pregunté a Macacha si había podido averiguar a cuánto ascienden los dineros destinados a los indígenas y de los cuales dispusieron algunos jerarcas del Poder quienes nunca podrían ser enjuiciados porque pertenecen a los más poderosos.
“¿Quién o quiénes podrán investigar y enjuiciar a personajes casi míticos como la señora Nemesia Achacollo y otros de parecido renombre…?”
Ya rendida por el esfuerzo de sus informaciones, mi comadrita me confesó que el famoso Fondo Indígena llegó a capitalizar la fantástica suma de 1.500 millones Bolivianos. Dijo mi comadrita: “Mucho queso en la despensa como para que no apareciesen algunas ratas y ratones.”
Todo lo dicho por mi comadrita conduce al principio de nuestra conversación: “A partir de hoy ya no existe el precepto moral que en quechua decía: Ama Sua (No seas ladrón).”
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