TEXTURA VIOLETA
El feminismo del Presidente
El feminismo del Presidente
Drina Ergueta / Sorprendió y, seguramente, provocó más de una sonrisa incrédula. El presidente Evo Morales se declaró feminista hace unos días. Si no es pura banalización, se trata de un gesto significativo tomando en cuenta que la discriminación femenina y sus consecuencias, que se traducen en violencia y muertes en su grado máximo, es una histórica cuenta pendiente que ahora persigue al actual gobierno.
El mismo Morales, tal vez sabiendo el efecto o quizás autocontemplándose, inmediatamente aclaró: “aunque con bromas machistas”. Hace pocos meses el Presidente rechazaba el machismo, pero tampoco estaba de acuerdo con el feminismo; y, anteriormente, en varias ocasiones, fue criticado por bromas y expresiones marcadamente machistas.
Con los antecedentes, pocos le creerán; habrá que ver. Lo cierto es que el feminismo o la idea de lograr que no haya discriminación contra la mujer en la sociedad ocupa más espacios en el mundo occidentalizado. Quien se mantiene aferrado a sus tradicionales creencias y actitudes machistas o, al menos, no disimula con una actitud “neutra”, es mal visto en los espacios progresistas y principalmente de izquierda.
El Presidente, al parecer, se sube al carro. Si es cierto, no es poca cosa, como tampoco lo es el solo hecho de afirmarlo. Decirse feminista es muy difícil, pocas mujeres se animan a hacerlo, aun estando de acuerdo con sus postulados. Para un hombre es hasta embarazoso, me imagino que algo similar a declararse gay, por todos los prejuicios que ambas palabras cargan.
Los estereotipos y estigmatizaciones sobre el feminismo ampliamente difundidos desde la misoginia van desde afirmar que se trata de mujeres feas, lesbianas y vengativas, hasta menospreciar, invisibilizar o anular cualquiera de sus acciones, postulados o representantes.
El feminismo es una construcción teórica y un movimiento social de hace dos siglos, pero que podría sumar a sus filas a mujeres excepcionales en pensamiento y actuación muy anteriores. En el último siglo, a partir de que la mujer ha tenido mayor acceso a la educación, ha sido alimentado por destacadas intelectuales de todos los continentes.
Las bromas de las que habla el Presidente, y especialmente la necesidad que ha tenido de hablar de ellas, muestran que no es fácil desprenderse de una manera de ver el mundo que socialmente se nos ha enseñado, de un mundo simbólico que así, machista, está aferrado en lo más profundo de la psique.
Es por eso que para el Presidente, como para la mayoría de la población (que no sea de interesada oposición), le parece normal bromear despectivamente sobre mujeres. A Morales, por ejemplo, seguramente no le parecerá correcto bromear sobre los indígenas porque el racismo sí que lo tendrá integrado.
La feminista Julieta Paredes ha dicho en la prensa “con esta afirmación, el hermano Evo no deja de ser machista… requiere más camino, más lucha y más trabajo”.
Morales, su política de gobierno y la estructura de la sociedad necesitan más camino, lucha y trabajo en cuanto a feminismo para que se vean resultados.
Pero es evidente que hay pasos sociales y globales en ese sentido, el feminismo o el género, que suena más suave, se está introduciendo en gobiernos, a través de políticas e instituciones, y también en el ámbito académico, lo que tendrá su correspondiente efecto social.
Esta toma del feminismo, principalmente por parte del poder estatal, hace que se cree una ambigüedad en su percepción ya que, como, suelen temer algunos sectores no institucionalizados, cuando la institución se apropia de la subversión, esta subversión corre el riesgo de diluirse o que no se logren cambios reales.
¡La revolución no es posible si no es feminista! Suelen gritar las mujeres en distintas partes del mundo, y llaman a gente de izquierda, socialistas o progresistas. Ha escuchado el Presidente y su gobierno o solo fue una expresión banal, el tiempo lo dirá.
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