Miércoles, 25 de febrero de 2015
 
El carnaval de Sucre

El carnaval de Sucre

Gastón Solares Ávila / Premeditadamente he dejado que pase por lo menos una semana desde el carnaval para escribir esta nota, pensando que tendría más objetividad si me liberaba de los sentimientos de desagrado por todo lo ocurrido durante esta fiesta tradicional, He llegado a la conclusión de que no queda otro remedio que vivir del pasado, lo que es absurdo, pero real. En efecto, somos la ex ciudad blanca, la ex ciudad limpia, la ex en todo y, ahora, la ex del carnaval tradicional.
Las únicas excepciones han sido el carnaval de antaño y el corso militar, ambas actividades han demostrado capacidad de organización y le han dado prestigio y nivel a esta fiesta popular. Todo lo demás, un desastre y un desenfreno que ha terminado a puñetes con heridos y un muerto de por medio; es decir, fiesta de salvajes que actuaron bajo el efecto de tragos vendidos sin control. Las calles se convirtieron en cantinas y mingitorios y la ciudad, especialmente en el centro patrimonial, se ha caracterizado por la basura y los malos olores.
Nuestra histórica Plaza y la Avenida del Maestro no fueron los únicos escenarios de peleas, pero sí los principales en los que se pudo observar a jóvenes desenfrenados, inclusive en grupos que incluían mujeres, en completo estado de ebriedad, algunas con sus bebés en la espalda. Insólito e inaudito.
El gobierno del General Banzer pretendió disminuir los festejos suprimiendo el martes de carnaval, pero le fue como a la mona porque lo que ocurrió fue que aumentaron a una semana. Las ordenanzas municipales se han convertido en papel mojado, existe legislación, pero nada se cumple y no solamente en estas fiestas, sino en todo. Ejemplos hay varios, como la prohibición de propagandas móviles, actuaciones de todo tipo en la plaza principal, colorinches en fachadas, aseo de calles, etc., etc.
El Presidente Morales criticó que Oruro, la capital del folklore como se la conoce, no tenga un escenario adecuado para su famosa e impresionante entrada y prometió construir un “diablódromo” dotado de comodidades y servicios, lo que no solamente será llenar una necesidad, sino que generará ingresos, ordenará la ciudad y mejorará la imagen que tiene esa ciudad ante los ojos de los turistas nacionales y extranjeros.
El “presidente Morales”, aunque lamentablemente sólo en chiste del conocido programa radial “Confidencias”, sugirió algo similar para Sucre, un “locodromo”, en el que podrían llevarse a cabo la entrada de nuestro carnaval y las actividades que cotidianamente se realizan en calles céntricas y, sobre todo, en la plaza principal convertida desde hace tiempo en plazoleta de pueblo. No es nada mala la idea.
Ha sido interesante la ocurrencia del programa “Confidencias” porque por lo menos en broma se nos toma en cuenta. La Revista Economía Plural, órgano oficial del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, en su edición de Junio del año pasado, detalla en el capítulo cuarto 24 proyectos de industrialización en Bolivia, ninguno en el departamento de Chuquisaca.
No nos molesta a los sucrenses el mote de “locos”, porque sabemos que para ser loco primero hay que ser inteligente. Sin embargo, preocupa que esa inteligencia no se esté poniendo de manifiesto porque en todo vamos para atrás. No sabemos conservar nuestra ciudad ni nuestras tradiciones. En toda época hubo excesos, pero convertir una fiesta en un campo de batalla, con un ejército de ebrios en todas partes, con heridos y un muerto acuchillado en la Plaza de Armas, no ocurrió nunca.