LA NOTICIA DE PERFIL
Murió de infarto cardiaco
Murió de infarto cardiaco
Paulovich.- Habitualmente, esta columna periodística trata de despertar alguna sonrisa entre sus lectores atosigados de noticias trágicas en este tiempo que nos toca vivir; y que el sistema de comunicaciones del Gobierno se encarga de desmentir.
Es que ayer, mi buena comadre Macacha, al informarme del acontecer diario comenzó a llorar y cubrió con sus manos las hojas de los periódicos que leía, preguntándome si yo había sido amigo del señor José María Bakovic, lo cual motivó que yo le preguntara si el nombrado había sido enjuiciado por centésima vez por los enemigos que tenía en el Gobierno, a lo que repuso mi pariente espiritual: Ya concluyeron tales juicios porque acaba de morir.
Naturalmente, le pregunté de qué había muerto mi amigo, recibiendo la siguiente respuesta: “El Ingeniero Bakovic murió de infarto cardiaco, además la radio anuncia que en este momento el Presidente Evo anunciará al país el fallecimiento del nombrado señor Bakovic debido a un infarto en el corazón y que el Evo no tiene nada que ver en tal asunto”.
Controlando nuestros sentimientos dejamos de llorar y fue la cochabambina quien me propuso que escribiera una crónica en recuerdo de mi amigo que un día fue Presidente Ejecutivo del Servicio Nacional de Caminos pero no podía yo referirme a esas actividades que desarrolló el citado Ingeniero porque ignoro absolutamente esa actividad, ya que el único camino que yo conozco es el que va de mi casa a Quillacollo y de Quillacollo a mi casa y que conocí al señor Bakovic por figurar entre los hombres más procesados por el Estado boliviano, llevándose a cabo tales juicios en diferentes ciudades del país, o como ellos llaman: distritos judiciales.
Con la inteligencia que la caracteriza, mi benefactora se sorprendió al saber el número de procesos que el Estado seguía a mi amigo que acaba de morir y me dijo en la oreja para que nadie pudiera escucharla: “Allí hay una mano de mujer… porque sólo una de mis congéneres puede odiar con esa persistencia y encono hasta llevar a su contrario a la muerte…”
Su revelación me llenó de asombro, prometiendo a mi comadre cochabambina no decir nada a nadie de su deducción tan femenina.
Acepté la sugerencia de mi comadre y me puse de inmediato a escribir una crónica en recuerdo de mi amigo ingeniero, pero me fue imposible porque mi alma se hallaba demasiado cargada de afecto amistoso hacia el recientemente desaparecido, por lo que mi comadre sólo pudo escribir en esa nota de despedida final a un amigo lo siguiente: “Hace dos días dejó de existir el Ingeniero José María Bakovic, murió de Infarto Judicial…”
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