OJO DE VIDRIO
La cosa es poniendo
Ramón Rocha Monroy.- Cierta vez, este servidor hacía cola en un banco, cuando fue requerido por una señorita bella y sonriente que traía un encargo: “El gerente desea hablar con usted.” Dejé la fila, por supuesto, porque a un gerente no se hace esperar así nomás, y una vez que me senté en su despacho y acepté un cafecito, el buen amigo me dice: “Estoy enojado contigo, no me has regalado tu libro.” “Ah, caray”, pensé, “qué descuido.” Y le prometí una próxima visita con el libro debidamente dedicado...