Ciudadela. El sitio arqueológico Tiahuanaco está ubicado a 15 kilómetros al sudeste del lago Titicaca.
Ciudadela. El sitio arqueológico Tiahuanaco está ubicado a 15 kilómetros al sudeste del lago Titicaca.

SEGÚN UN ESTUDIO DE LA ARQUEÓLOGA BOLIVIANA SONIA ALCONINI

Tiahuanaco: La violencia ritual tuvo papel crucial

Tiahuanaco: La violencia ritual tuvo papel crucial

Esta cultura aplicaba la decapitación para someter a sus enemigos

Javier Aliaga/EFE

La decapitación humana y la extracción de los ojos fueron usadas en la cultura prehispánica de Tiahuanaco como instrumentos políticos para controlar a sus vecinos durante su expansión, según un estudio de la violencia ritual de este pueblo.
La arqueóloga boliviana Sonia Alconini presentó esta semana una investigación en ese sentido en el encuentro "Tiahuanaco 1903-La Paz 2013, 110 años de colaboraciones arqueológicas franco-americanas".
Alconini, que hizo conocer su trabajo con un video enviado desde Estados Unidos, explicó que la investigación se basó en el hallazgo de restos de tres cráneos decapitados en Wata Wata, que fue un importante centro religioso y político controlado por Tiahuanaco.
Wata Wata es una colina al este del lago Titicaca, en los valles de la zona de Charazani, un territorio de la antigua cultura Kallawaya situado en el occidente del país, cerca de donde floreció la civilización tiahuanacota, anterior a la inca.
Se trata de una región tropical que en su momento fue clave para el aprovisionamiento de Tiahuanaco, que ejerció un dominio político en este sitio por su importancia ceremonial y estratégica.
Las calaveras halladas, que pertenecían a un hombre y a dos mujeres, presentan evidencias de fracturas y cortes deliberados para la remoción de los globos oculares, las mandíbulas, el cuero cabelludo y para la decapitación, según la investigadora.
Alconini relacionó la remoción de cabezas humanas con "las estrategias de legitimación política" aplicadas en Wata Wata.


METÁFORA RITUAL
A su juicio, el caso puede tratarse de una práctica que entiende la decapitación como "una metáfora ritual" al estar vinculada a la "eliminación de la capacidad de guiar, ver y comunicarse" en este mundo y después de la muerte, según las creencias andinas.
Además, en la cultura andina, los cráneos se consideran "potentes fuentes de energía" y la decapitación se asociaba "a esfuerzos por controlar esta peligrosa fuente de poder" en un contexto de conflicto o para dirigir esta fuerza a la protección de otros.
"Todo esto fue parte de esfuerzos estratégicos destinados a extraer el poder investido a importantes miembros de la comunidad, tanto en esta vida como en el más allá, infundir miedo en la población y materializar un mensaje político destinado a cambiar el balance de poder", sintetiza la arqueóloga boliviana.


CABEZAS, ¿TROFEOS?
Previamente, la investigadora descartó que los "cráneos de Wata Wata" sean "cabezas trofeo", ya que dos de ellos son de mujeres y las marcas de violencia no se correspondían con las de batallas.
En las esculturas monumentales del sitio arqueológico de Tiahuanaco, a 71 kilómetros de La Paz, hay iconografía que muestra la práctica de usar cabezas como trofeos.
Así, el personaje central del afamado monumento de la Puerta del Sol de Tiahuanaco sostiene dos báculos en las manos y de sus brazos cuelgan dos cabezas, mientras que la escultura de un guerrero "Chachapuma" hecho en basalto sostiene una cabeza en las manos.
La otra posibilidad descartada es que se trate de restos de cráneos de ancestros venerados, ya que las calaveras de Wata Wata tenían, a su vez, niveles excesivos de violencia para este caso.
La investigadora concluye que la expansión de Tiahuanaco en la región Kallawaya combinó la religión, el intercambio económico y "formas ritualizadas de violencia como estrategias de control".
Esto último plantea un nuevo enfoque de trabajo para entender las decapitaciones o la extracción ocular en este antiguo pueblo.

Tiahuanaco

Tiahuanaco fue el centro de una civilización, una cultura preincaica que basaba su economía en la agricultura y la ganadería y que abarcó los territorios de la meseta del Collao, entre el occidente de Bolivia, sur del Perú, noroeste de Argentina y norte de Chile, regiones desde las cuales irradió su influencia tecnológica y religiosa hacia otras civilizaciones contemporáneas. Actualmente sus vestigios se encuentran en un antiguo sitio arqueológico ubicado a 15 kilómetros al sudeste del lago Titicaca.

El poder

Todo esto fue parte de esfuerzos estratégicos destinados a extraer el poder investido a importantes miembros de la comunidad, tanto en esta vida como en el más allá, infundir miedo en la población y materializar un mensaje político destinado a cambiar el balance de poder".
Sonia Alconini / ARQUEÓLOGA