Domingo, 8 de junio de 2014
 

RAÍCES Y ANTENAS

Cápsula teórica para entender el G77 más China

Cápsula teórica para entender el G77 más China

Gonzalo Chavez A..- Se viene el G77 mas China, un evento cumbre en el tema internacional, una especie de Woodstock de los Estados. A continuación me tomo la libertad de presentarles una capsula conceptual sobre teoría de relaciones internacionales para entender el contexto del evento y sus perspectivas.
El mundo de las relaciones internacionales es anárquico por definición y los Estados no tienen amigos sino intereses. Al contrario de la política interna, en el ámbito internacional no existe una autoridad central, aunque algunas potencias, como Estados Unidos, se atribuyen esos derechos. El actor principal de los hechos internacionales, aunque no el único, es el Estado y éste es racional por definición. En este contexto, los Estados buscan implementar sus intereses definidos en términos de poder. Dentro de la escuela realista, se presentan dos aproximaciones teóricas: los realistas ofensivos afirman que los Estados persiguen objetivos de poder concreto y los defensivos sostienen que los Estados buscan intereses en términos de seguridad. Por lo tanto, el equilibro internacional y la construcción de instituciones que lo sostiene responde a un balance de poder entre las naciones.
EL poder es un concepto relacional que vincula actores, en este caso naciones; por lo tanto, para una mejor comprensión, se requiere la especificación tanto del "alcance del poder" como del "dominio del poder" de un Estado en relación a otro. Además, el poder tiene una dimensión cualitativa y cuantitativa, por ello medible. En este último caso, Joseph Nye habla del poder duro apoyado en recursos económicos, militares o poblacionales. Pero también existe el poder suave basado en la seducción, atracción y persuasión utilizando principios, cultura, valores o modos de vida que promueve el Estado dominante . El G77 más China es un espacio institucional para buscar redefinir el poder desde el Sur del planeta utilizando recursos simbólicos y políticos. Es una tentativa diplomática de contra balance en la actual estructura de poder mundial.
El proceso de globalización contemporáneo es incompleto y tiene espacios políticos y económicos no definidos. Son en estos nuevos espacios que reuniones. como del G77, crean oportunidades para posicionar nuevos liderazgos, actores y establecer agendas internacionales alternativas.
Cabe recordar, el sistema internacional evoluciona en múltiples dimensiones desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El sistema internacional se asemeja a un complejo tablero de ajedrez de múltiples dimensiones. En el tablero del poder estratégico-militar ha evolucionado de un mundo bipolar –URSS vs EEUU entre 1950 y 1980– a un sistema unipolar bajo la hegemonía norteamericana partir de los años noventa. En la actualidad, Estados Unidos aún mantiene una hegemonía y poder militar fuertes, aunque en un proceso de deterioro y cuestionamiento por parte de otros Estados. China y menor escala Brasil buscan construir un nuevo escenario para las relaciones internacionales. El G77 es una muestra de ello.
En el tablero de ajedrez que representa los cambios económicos y tecnológicos, el unipolarismo ha evolucionado hacia una fragmentación del poder económico. En el siglo XXI, el sistema económico internacional es multipolar, Europa, Japón, y las economías emergentes conocidas con el acrónimo de BRICCS (Brasil, Rusia, India, China, Corea del Sur y Sudáfrica) son los actores más importantes. Las potencias intermedias tienen un protagonismo más activo y que nos encaminamos a un sistema donde predominará el Segundo Mundo de las economías emergentes. El G77 más China es una iniciativa de multipolarismo tanto económico como político-diplomático.
Es en este contexto de unipolarismo estratégico-militar y multidimensionalidad económica en el que se plantea el tema de la recomposición del sistema internacional, cuyos ejes de debate son: la pérdida del poder hegemónico de los Estados Unidos, y la ascensión de las economías emergentes en especial de la China, que se vislumbra como un poder mundial.
El declive de la hegemonía norteamericana es un hecho, pero tiene varias lecturas. Están aquellos que sostienen que la erosión del poder es irreversible y otros quienes argumentan que la pérdida de influencia mundial es coyuntural, y que en el mediano plazo recupera su fuerza. También existe una corriente intermedia que sostiene que se desarrollará un orden internacional compartido por varias naciones, sin la prevalencia de ninguna potencia. Reuniones como el G77 más China, sí se traducen en decisiones y acciones concretas sobre diversos temas, apuntan ha crear un mundo más democrático y diverso, buscan desarrollar espacios diplomáticos donde Estados grandes y pequeños, fuera de la órbita de las grandes potencias, pueden lograr avances en la ecuación del poder mundial. El desafío del G77 es ir más allá de la retórica, tan común en este tipo de eventos. En el pasado existía el movimiento de los países no alineados, una especie de predecesor del G77, que dio pocos frutos, pero ahora los cambios en las circunstancias económicas y políticas mundiales dan paso a un optimismo moderado.