ARTISTA. El pintor chuquisaqueño Gil Imaná, uno de los alumnos de la extinta Academia de Bellas Artes "Zacarías Benavides" de la Universidad.

IMANÁ Y ZAMORA EXPRESARON SU PESAR POR LA SITUACIÓN DE LA PINTURA

Artistas de Sucre critican la falta de una academia

Juan Pedro Debreczeni

Pintores que representan una de las generaciones más brillantes lamentan la debacle de las artes plásticas en Sucre; atribuyen como una de las causas la falta de formación y de una academia de artes plásticas como la otrora “Zacarías Benavides”.
Entre 1920 y 1930 surgió en el país un importante grupo de artistas plásticos que alcanzaron notoriedad a lo largo del siglo XX. En un boletín de difusión, el Museo Nacional de Arte considera que uno de los factores que influyó positivamente en ello fue la creación de las academias de bellas artes a partir de 1926 lo que permitió el aporte e influencia de un grupo de artistas formados en Europa, como Cecilio Guzmán de Rojas, director de la Academia Nacional de Bellas “Artes Hernando Siles” de La Paz y la presencia del maestro lituano Juan Rimsa, que trabajó con un grupo de alumnos de la Academia de Bellas Artes “Zacarías Benavides” en Sucre.


IMPORTANCIA DE LA ACADEMIA
En un comentario publicado hace poco, el crítico de arte Pedro Querejazu recordó que bajo el patrocinio del Ateneo de Bellas Artes, y por iniciativa personal de Zacarías Benavides, se fundó en 1939 la Academia de Bellas Artes que llevó su nombre y que funcionó durante diez años en locales alquilados hasta instalarse en la Casa del "Gran Poder”, actual Museo Colonial Charcas. Durante los primeros años de su existencia, esta academia dependió del Ateneo de Sucre hasta que en 1950, por iniciativa del entonces rector, Guillermo Francovich, pasó a depender de la Universidad San Francisco Xavier.
Entre los alumnos de esta academia están grandes artistas como Jorge y Gil Imaná, Lorgio Vaca, José Ostria, Mario Eloy Vargas, Juan Ortega Leytón, Walter Solón Romero, Jorge Urioste, Enrique Valda, Josefina Reynolds, Nanet Zamora, José Ramírez, Néstor Villanueva y muchos otros.
La Academia funcionó sin interrupciones desde 1939 hasta 1971, cuando las universidades del país fueron cerradas por casi dos años, por la intervención del gobierno militar de Hugo Banzer. Tras ello, con la recuperación de la democracia, la Academia funcionó un año más sólo con cursos libres dependientes de Extensión Universitaria, luego cerró sus puertas definitivamente con resultados lamentables para el cultivo de las artes plásticas en Sucre.


FALTA DE FORMACIÓN
“Yo creo que son ciclos y ahora estamos en el ciclo de la muerte de los artistas; hace poco lamentamos la muerte de Josefina Reynolds, la última fuera de mí de los discípulos del maestro Juan Rimsa, también dejaron este mundo Enrique Valda, José Ramírez y José Ostria, entre otros”, manifestó durante su última visita en Sucre Gil Imaná.
Recordó que los 12 discípulos escogidos por el maestro Rimsa siguieron su vida en las artes y lograron situarse entre los pintores más representativos del siglo pasado. Por eso lamentó el prolongado cierre de la academia de Bellas Artes y su impacto negativo en la formación de nuevos valores en la ciudad.
“Ahora no hay un filón nuevo, gente nueva que cultiva la pintura, ello quizá por la misma complicidad de la propia ciudadanía, de los propios entes culturales de nuestra ciudad, nadie dice nada de la actividad plástica”, se quejó a su turno, Nanet Zamora. “Es necesario que se vuelva a abrir la academia de artes plásticas en cualquiera de sus modalidades, no es necesario que sean doctores o licenciados, sino cultivar el espíritu”, expresó.
En esa línea, Imaná recordó que en enero de este año, cuando junto a su hermano recibieron la máxima distinción “Juan Frías de Herrán” de la Universidad San Francisco Xavier, el entonces vicerrector Eduardo Rivero comprometió la reapertura de la Academia de Bellas Artes, por lo que manifestó su deseo de que este proyecto se concrete en el futuro próximo.
No obstante, mientras no se defina quiénes vayan a ser las nuevas autoridades titulares en la Universidad la suerte de este proyecto, todavía es incierta.

Reflexión

Una ciudad con tanta tradición, con fama de 'culta', se quedó sin la carrera para formar artistas".
Pedro Querejazu Leytón / CRÍTICO DE ARTE