Lunes, 15 de septiembre de 2014
 

PAREMIOLOCOGI@

24 de mayo: ¿El comienzo del fin o la estrategia envolvente debe seguir?

24 de mayo: ¿El comienzo del fin o la estrategia envolvente debe seguir?

Arturo Yáñez Cortes.- Aunque muy pocos quedaron genuinamente sorprendidos, resulta que uno de los principales ejecutores –aunque ahora caído en desgracia con sus amos– de las estrategias envolventes cuyo iter criminis comenzó en el gabinete jurídico, ha continuado esparciendo el estiércol en el que afanosamente participó, respondiendo a un periodista que tuvo el acierto de preguntarle al respecto, que el caso 24 de mayo fue preparado en esas instancias non sanctas.
El hecho es que por estos lares (por algo somos locos no cojudos…) lo “revelado” ha sorprendido a muy pocos, pues cualquier ciudadano mínimamente informado y con algo de sentido común, sabe que el caso 24 de mayo fue dolosamente armado entre otras, como una suerte de venganza para tratar de “equilibrar” la masacre de La Calancha (aún impune…). Tarea imposible por cierto.
Que los campesinos fueron vejados en plena Plaza 25 de mayo es un hecho delictivo innegable, pero lo relevante es identificar a los filmados que vejaban a esas personas y determinar por órdenes de quiénes actuaron, quiénes repartieron dinero en saquillos días antes y para qué, quiénes les incitaron a volver a la ciudad cuando retornaban a sus comunidades, etc. Lo grosero es que los acusadores tengan la prueba ideal de los hechos –las filmaciones de los vejadores– y ninguno de ellos esté siendo juzgado, lo que prueba el asqueroso grado de encubrimiento para esos autores materiales y… también para los verdaderos intelectuales, incluyendo que el ahora caído en desgracia los haya delatado, corroborando lo que era ya de conocimiento público.
¿Hasta cuando la Fiscalía seguirá haciendo el rol –una vez más– del tonto útil del poder político, apuntando sus dardos chusus hacia el lado que le interesa al gobierno, por muy absurdo que sea? ¿Disfrutan los operadores de esa magistratura hacer de Shakira (sorda, muda y ciega) ante la evidencia que inexorablemente derrumba la estrategia envolvente que les ordenaron a como dé lugar defender?, esto con la complacencia del órgano judicial que, como GARGARELLA lo pone en evidencia: acostumbra hacer lo que no debe, maltrata a quienes debe cuidar, persigue a quienes debe proteger, ignora a quienes debe mayor atención y sirve a quienes debe controlar.
Suena cada vez más burdo, aunque es muy trágico para los vejados y también para los perseguidos, que la Constitución ensangrentada de La Calancha, el propio Código de Procedimiento Penal y hasta la nueva Ley del Órgano Judicial, sigan hablando –pomposamente– de la verdad histórica o real como el propósito final de los procesos penales, y los jueces y fiscales puestos por el gobierno eviten hacerlo mirando como sea al otro lado para seguir metiéndole nomás y así forzar la “verdad” oficialista de los hechos, aprestándose a mantener la estrategia envolvente a costa de pisotear los derechos de todos, incluyendo el derecho a saber la verdad de lo acontecido (derecho que asiste tanto a víctimas como a imputados y a la sociedad toda).
Así las cosas, ¿será que esos fiscales y jueces tendrán la dignidad, entereza y profesionalismo suficiente para indagar lo que realmente ocurrió el 24 de mayo?, o por lo menos a esta altura del proceso, ¿para evitar consumar la injusticia que a título de verdad oficial les impone el gobierno? ¿O le meterán nomás y seguirán con la estrategia envolvente mandada desde el gabinete jurídico? ¿No les importa pedir y condenar a inocentes y dejar en impunidad a los reales culpables hoy aún poderosos? ¿Sí así actuaran ¿podrán esos seres verse al espejo en paz sabiendo que consumaron tamaña injustica? O serán aquellos jueces y fiscales a los que BRECHT se refiere cuando decía: Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia.