Lunes, 26 de enero de 2015
 

PAREMIOLOCOGI@

¿Consummatum est?

¿Consummatum est?

Arturo Yáñez Cortes.- Según el Evangelio de San Juan 19:30, esas fueron las últimas palabras de Cristo en la cruz y se traducen como “se acabó todo" o "todo está cumplido", por lo que se usa a propósito de un gran dolor o desastre. Fue lo que me pregunté si sucedió con motivo de la nueva entronización del Presidente en la llamada ceremonia ancestral que para much@s pareció aquellas antigüedades recién envejecidas para timar algún turista desprevenido, una estrategia envolvente más llevada a las tablas “for export”, con costos de producción hollywoodense, con el tipito de la película hábil y suntuosamente disfrazado con extras y todo.
Ahora bien, aquello de “todo está consumado” surge a partir de un pequeño gran detalle que, para much@s, parece haber pasado en la ocasión desapercibido o por lo menos encubierto por aquel boato plurinacional. Sin pretender desconocer el apoyo popular que el tri ha logrado en las urnas de octubre y pese a la bendición de su rerereelección mediante un impresentable fallo del Constitucional que no sólo vulneró su propia Constitución sino hasta leyes de aritmética –y de las más elementales–, la asunción por tercera vez del Presidente confirma una vez más que aquí lo que impera es la fuerza y no el derecho. Bien lo dijo: lo político está por encima de lo legal.
Seguro que much@s podrán sostener que lo pasado pisado, que no hay que llorar por la leche derramada, a lo hecho pecho y así varias otras expresiones tendientes a seguir metiéndole nomás y olvidar el origen y relevancia de las cosas, como si la “legitimidad popular” (el “Tribunal” electoral le sirvió el 61% aunque no dudo que obtuvo algo menos de eso) validaría cualquier tropelía cometida y hasta podrá defender el fallo constitucional muy bien servido al gusto del cliente por un Tribunal puesto con tal propósito por la mayoría oficialista de la Asamblea, con lo que no se haría más que confirmar la conveniencia de formular aquella preguntita.
No obstante, aun con tales pretextos o justificativos, estimo difícil obviar por muchos esfuerzos cosmetológicos que aun así o pese a ello, no existe mayoría ni resolución “legal” que pueda blanquear la grosera violación del Constitucional cometida a la Disposición Transitoria II de la CPE: “Los mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos periodos de funciones “, así como de su art. 168: “El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”.
Así las cosas, preguntar: ¿Consummatum est? patentiza el estado del arte del estado plurinacional en el que rige con más fuerza que nunca la frase “hecha la ley, hecha la trampa” (aunque en tiempos del cambio: “hecha la Constitución y hecha la estrategia envolvente”) pues cuando se tiene el control de todo, desde la Asamblea Legislativa, del Constitucional, del Electoral y hasta de los medios paragubernamentales que prefieren omitir aquellos incómodos detalles de origen o legitimidad, pareciera haberse consumado todo… hacia la eternización al estilo cubano del régimen. Aunque como la realidad suele ser mucho más terca, no cabría descartar que ese defecto de origen devenga en un proceso de fagocitosis de la, para los muy optimistas o ingenuos, “democracia” actual. A propósito, BORGES había dicho algo así como nunca se sabe cuándo se termina de tocar fondo.