Salario vs. productividad marginal
Salario vs. productividad marginal
Marcelo Gonzales Selaru.- Un nuevo año supone nuevos desafíos, nuevos emprendimientos y sin duda, expectativas de mejora, en la vida cotidiana de todos los agentes económicos de nuestro país.
Cuando hablamos de expectativas, sin duda alguna, los trabajadores asalariados del sector privado ya empiezan a pensar en lo que les espera este 2015, en cuanto al nuevo incremento salarial, considerando que en las últimas tres gestiones se tuvo un incremento promedio anual de 8,6%, considerando el incremento del 8% el 2012, del 8% el 2013% y por supuesto del 10% el 2014. No dejemos de lado los incrementos salariales que se efectuaron para los funcionarios del sector público, que en promedio superaron el 8% anual, en este mismo periodo.
Sin lugar a dudas, el amable lector estará justificando (con obvias razones) que este incremento se debe principalmente a la inflación, que año tras año va “castigando” los bolsillos de los hogares de estos mismos asalariados, por lo tanto este incremento es una respuesta efectiva a la pérdida de poder adquisitivo que se sufrió, en cada hogar.
Si bien todos estos argumentos son económicamente importantes, hay un aspecto muy de fondo, que hemos olvidado, y en el cual lamentablemente no se ha trabajado, este aspecto es el de la productividad marginal del trabajo. La productividad puede ser entendida como la eficacia con la que el trabajo humano produce sus condiciones materiales de vida, o dicho de forma más simple, productividad es sinónimo de rendimiento, en este caso de rendimiento laboral.
Por lo tanto, el incrementar anualmente el salario, además de considerar incluso un segundo aguinaldo, entre otros, hace que nuestros recursos humanos, perciban cada vez mayores ingresos, por el mismo trabajo que vienen realizando, con el mismo rendimiento laboral que tuvieron todos los años, incluso en el pasado, donde sus ingresos por este concepto, eran menores.
Lamentablemente, el no incentivar a una mejora de esta productividad marginal genera, en términos agregados, que nuestro país sea cada vez menos competitivo, ya que nuestra mano de obra es mejor pagada por producir exactamente lo mismo de siempre.
Este aspecto debería invitar a los tomadores de decisión a generar un ámbito formal, continuo y sostenible, en materia de formación y capacitación de recursos humanos, en los diferentes sectores, que vaya mucho más allá que la simple implementación de un programa coyuntural, ya que debemos considerar que el salario, no es una retribución a las necesidades que puede tener un trabajador en particular, sino que es una retribución al esfuerzo y principalmente al rendimiento que este pueda llegar a tener, por lo tanto todas las mejoras efectuadas, deben estar orientadas a “premiar” justamente este aspecto, el de la productividad marginal.
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