Latinoam�rica, del caudillo al estadista
Latinoam�rica, del caudillo al estadista
Jimmy Ortiz Saucedo.- La democracia latinoamericana necesita seguir progresando. La que tenemos, en la mayor�a de los pa�ses, todav�a tiene mucho camino por recorrer. La irrupci�n del chavismo del siglo XXI en las �ltimas d�cadas, signific� un fuerte retroceso.
La regi�n ya tiene, en la Carta Democr�tica Interamericana de la OEA, su ideal de democracia. As� los decidieron los pol�ticos del continente, en el vig�simo octavo per�odo extraordinario de sesiones el 11 de septiembre de 2001, en lima-Per�.
Expresa en su art�culo primero: �Los pueblos de Am�rica tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligaci�n de promoverla y defenderla�. Es decir, esta democracia no es optativa, es obligatoria. Es un derecho innegociable que tenemos los ciudadanos del continente, por mandato supraconstitucional.
Expresa en su art�culo tercero: �Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeci�n al estado de derecho; la celebraci�n de elecciones peri�dicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresi�n de la soberan�a del pueblo; el r�gimen plural de partidos y organizaciones pol�ticas; y la separaci�n e independencia de los poderes p�blicos�. �Claringo no? La que no se ajuste a esta definici�n, no es democracia.
Esta carta implica la desaparici�n del caudillismo que por tantos a�os asol� la regi�n, generando inestabilidad y perjudicando nuestro desarrollo econ�mico y social. Implica tambi�n la aparici�n de un nuevo tipo de liderazgo pol�tico, liderazgos que tengan la Carta Democr�tica metida en el coraz�n. Hombres honestos, que busquen el bien com�n de su pueblo a largo plazo, alejado de mezquindades personales o partidarias.
No queremos m�s caudillos charlatanes, eg�latras y todopoderosos. Tampoco queremos partidarios ciegos, que crean en soluciones m�gicas que otros nos traer�n. Necesitamos pueblos con cultura democr�tica, que conozcan y respeten la verdadera democracia. Ciudadanos que entiendan que el progreso es el resultado l�gico de la educaci�n, el trabajo, la perseverancia y el respeto a la ley.
Gracias a Dios, varios pa�ses de la regi�n est�n transitando este camino; otros estamos muy lejos todav�a.
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