“Los que nos traicionaron, han sido premiados”
Las lágrimas por el dolor se secaron hace años; las que brotan ahora, son de impotencia. Cada que llega el mes de noviembre es así, la sangre hierve y un sinfín de memorias vuelve. Los compromisos vertidos retumban en la mente de quienes, sin desearlo, se convirtieron en el símbolo de una batalla. Han pasado seis años. Los familiares de las víctimas de los hechos de La Calancha aún no encuentran justicia. La investigación de las tres muertes de fines de noviembre de 2007 quedó suspendida en una suerte de nebulosa que no reporta avances y sólo muestra parcialidad. Tampoco los heridos y mutilados hallan sosiego; han aprendido a vivir con las secuelas de las balas y con el dolor de la indiferencia. Sienten que esa ciudad que un día, alborozada, los declaró héroes, ya los ha olvidado. El premio, coinciden, supieron capitalizarlo otros; paradójicamente aquellos que traicionaron su lucha...