CARA Y CRUZ
Soza toma caipiriñas en Río
Raúl Peñaranda U..- El escándalo no es que Marcelo Soza, el ex fiscal que actuaba como paramilitar de los años 80, se haya fugado. No, el escándalo es que no haya sido aprehendido antes por la Policía, junto a su cómplice y abogado Moisés Ponce de León, para obligarlos a asistir a las audiencias judiciales a las que se negaban ir. El caso demuestra muchas cosas, entre otras la mañosa capacidad histriónica que tienen jueces y fiscales. Pero la actuación les salía mal. Hacían el teatro de que daban órdenes de aprehensión contra Soza y que no lo hallaban. Hasta colaban, con aspaviento, cedulones en la puerta de su vivienda y él, jugando al gato y al ratón, salía después a decir que se había trasladado de casa. El fiscal general, Ramiro Guerrero, es uno de los actores principales de esta tramoya...